Con el liderazgo ocurre lo mismo que con el talento, siendo un tema del que se teoriza mucho y se practica poco, por lo que merece la pena que revises su sentido y significado.
Cada vez que «tomas el mando” en cualquier circunstancia o situación en la vida, ejerces tu liderazgo y lo manifiestas cuando, pleno de confianza y acompañado de una gran seguridad, brincas el «punto de no retorno”, a partir del cual ya nada es igual que antes. Este paso siempre lo acompañas de la entrega de un «testigo» que justamente es el mando de esa situación y que, de manera honorífica, algún «maestro» te entrega.
El liderazgo es un ejercicio de la voluntad y como tal se ejerce, tanto desde el lado del “maestro” que lo traspasa, como desde el lado del “discípulo” que lo recibe. En ambos casos hay una confianza mutua entre el Tú y el Yo ya que ambos se re-conocen, siendo justamente el liderazgo ese «testigo” de reconocimiento que se entrega en el relevo entre ambos. Esa entrega del «testigo» tiene lugar precisamente en el «punto de no retorno”, el punto en el que, «maestro» y «discípulo», confían mutuamente el uno en el otro y proceden a entregarse el traspaso de la grandeza de la situación entre ambos. El «maestro» con su voluntad de entrega y el «discípulo» con su voluntad receptiva, realizan este traspaso con éxito haciendo coincidir ambas voluntades. Tal y como se entiende habitualmente el liderazgo, esta entrega resultaría paradójica, ya que en realidad se trata de un acto de entrega y no de imposición de la voluntad. El «maestro» entrega el «testigo» a la voluntad receptiva del discípulo» y éste lo recibe desde su voluntad receptiva a la sabiduría de aquél. La coincidencia de ambas voluntades es lo que garantiza el éxito del traspaso del liderazgo. Ése es el sentido de la frase «Hágase tu voluntad” incluida en la oración del Padre Nuestro.
El liderazgo, entendido como la voluntad que en realidad es, está presente en ti desde el principio, ya que te fue entregado con el ser y forma parte de ti. La formación que se ofrece actualmente en liderazgo, posiblemente tenga la misión de hacerte recordar este aspecto de tu ser que ya tienes dentro de ti, no obstante, lo verdaderamente importante es ejercerlo, al igual que el talento, como expresión de ti mismo.
En el traspaso del liderazgo, maestro y discípulo, Tú y Yo, son lo mismo, pura confianza el uno en el otro, estando ambos en ti.
Recuérdalo: El liderazgo ya está en ti, a la espera de que lo ejerzas, bien entregándolo (como maestro) o bien recibiéndolo (como discípulo). En ambos casos se trata de un encuentro de voluntades que confían la una en la otra.
Elige hoy una situación y en ella localiza tu maestro o tu discípulo ¿qué recibes o qué entregas?)
NOTAS:
– La imagen corresponde al detalle de un sarcófago romano con maestro y alumno.
– El texto de este articulo constituye el capítulo 9 del libro «Ángelus, el mensaje oculto del sentido de la vida», del propio autor y que será publicado próximamente.